Muchas veces los alimentos almacenados en casa se acaban estropeando antes de usarlos. Es más frecuente que esto ocurra con los productos frescos, pero a veces también ocurre con los cocinados o envasados. No obstante, para algunas de estas situaciones, tenemos solución.
Almacenamiento correcto. Si los alimentos están bien ordenados y colocados en un frigorífico limpio, se mantendrán en buen estado durante más tiempo, y los usaremos de una manera más organizada. Combinar alimentos. Las patatas y las cebollas, mejor que no se guarden juntas pero, sin embargo las patatas, si se almacenan junto a las manzanas, no brotan. Por su puesto, si en el cesto de la manzana, hay una podrida, ésta afectará al resto debido al gas etileno que desprende.
Aguacate y queso como el primer día. Evita que el aguacate se oxide, el limón o aceite de oliva hará que no pierda ni su color ni su sabor. Igualmente, si no quieres que el queso se reseque en tu frigorífico, pon un poco de mantequilla a su alrededor.
Hierbas aromáticas, siempre frescas. Si introduces las hierbas en un cubilete pequeño con aceite de oliva y las congelas, tendrás aceite aromatizado listo para usar en cualquier momento.
Plátanos duraderos. Solo basta envolver la punta que los une con un poco de film, o envolverlos en hojas de periódico y los plátanos no madurarán tan rápido.
Tuppers de vidrio. Siempre mantienen mejor las propiedades frente a los envases de plástico.
Setas perfectas. Si las guardas en bolsas de papel, pues el plástico elimina su sabor y propiedades.
Mantener siempre fresco cada alimento requiere un método. El ajo, como más tiempo aguanta es conservado en una caja de cartón. Por su
parte, para mantener las zanahorias es ideal envolverlas en un paño húmedo y luego guardarlas en una bolsa de plástico de cierre hermético. Los
tomates, mejor dejarlos madurar al natural, nunca en la nevera, y envolverlos en papel puede ayudar