Su privilegiada posición junto al mar Mediterráneo la convierte en una de las ciudades de la provincia de Castellón con más encantos. A sus maravillosas playas del Arenal y Grao-Malvarosa, se une el paraje natural de El Clot de la Mare de Déu, donde convergen numerosas especies animales y vegetales que suponen una riqueza ecológica de gran envergadura.
La influencia del mar se traslada a muchos otros aspectos de este municipio costero. Desde su gastronomía, rica en pescados y mariscos de lonja y en la que los arroces adquieren una relevancia importante, hasta su oferta en ocio.
Por un lado, sus Jornadas Gastronómicas de la Naranja, la Ruta de la Tapa o las jornadas dedicadas al pulpo, la sepia o el langostino protagonizan el calendario de eventos culinarios.
Pero como apuntábamos, además Borriana es un referente en deporte náutico, pues cuenta con diversas entidades y clubes que, junto a la Escola de la Mar, permiten la práctica de actividades como surf, paddle surf, kayak polo, windsurf, vela, remo o submarinismo. Disciplinas que, gracias a la magnífica climatología que tiene lugar durante todo el año, se puede practicar de forma continuada.

Una huella de tres culturas en su patrimonio
Musulmanes, judíos y cristianos. Tres culturas han marcado la historia y recorrido de esta ciudad que presume con orgullo de la Basílica Menor de El Salvador, así como su torre campanario –conocida como El Templa-, sin olvidar las diferentes torres rurales: Carabona, La Regenta y Calatrava.
A todo ello se une su sorprendente ruta de las Ermitas, una joya de su imponente paisaje rural.
Pero sin lugar a dudas, uno de los mayores tesoros con conserva el municipio se encuentra en sus céntricas calles con edificaciones y fachadas, reflejo del esplendor vivido en los años 30 del siglo pasado cuando acogía a importantes comerciantes de cítricos que dieron muestra del éxito de sus negocios en la arquitectura de sus hogares.

Fiestas, tradición y festivales sin precedentes
La celebración de las fallas es una de las más notorias que celebra el municipio cada mes de marzo, pese al paréntesis obligado por la Covid-19. Casi una veintena de comisiones falleras son las protagonistas, no solo durante el período festivo, sino también durante todo el año con actividades y programaciones como las Cruces de Mayo.
Las fiestas de la Misericordia en septiembre o las de San Blas en febrero, con la popular peregrinación a la Font del Vi, son también ejemplo de la vida intensiva de los borrianenses.
Y desde hace unos años, el municipio ha empezado a adquirir relevancia también en su faceta de anfitrión de grandes festivales, siendo el Arenal Sound el que ha superado todas las expectativas, batiendo todos los récords en asistencia de público y subiendo al escenario a los artistas más cotizados del momento.