- El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana as más comunes son desequilibrios musculares, factores genéticos, lesiones o enfermedades neuromusculares como la parálisis cerebral, la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, la distrofia muscular o la espina bífida.
- Otras consecuencias de esta alteración de los pies son los dedos en garra, inestabilidad al caminar, dificultar para pasar mucho tiempo de pie o sensación de entumecimiento en los miembros inferiores.
Valencia 28 de enero de 2025.- El Ilustre Colegio Oficial de Pología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha advertido que las personas con pies cavos no tratados tienen mayor riesgo de padecer talalgias (dolor de talón) y metatarsalgias (dolor en la parte delantera de la planta del pie) debido a que la elevación excesiva de la bóveda plantar provoca que la mayor parte del peso del cuerpo se distribuya sobre el talón y la parte delantera del pie, en lugar de distribuirse de manera uniforme a lo largo del arco y la planta del pie.
Junto a esto, son más propensas a tener dificultad o inestabilidad para caminar, estar de pie durante largos períodos, desarrollar callosidades (en la planta del pie, el dorso de los dedos y los pulpejos, principalmente), tener dedos en garra o, incluso, sensación de entumecimiento o debilidad en el pie.
“La sociedad en general está concienciada sobre la existencia de los pies planos y que éstos son una anomalía que requiere un tratamiento específico para evitar dolencias en el aparato locomotor. Sin embargo, los pies cavos suelen pasar más inadvertidos y cuando llaman la atención es porque han cursado alguna dolencia”, ha explicado el podólogo Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV.
Por lo que se refiere a las causas que pueden propiciar su aparición, desde el Colegio de Podología de la Comunidad Valenciana se ha señalado que las más comunes son desequilibrios musculares, factores genéticos, lesiones o enfermedades neuromusculares entre otros.
De esta forma, los desequilibrios entre los músculos que controlan el arco del pie pueden hacer que los músculos del arco se contraigan más de lo necesario y provocando un puente más alto.
En algunos casos, el pie cavo puede tener una predisposición hereditaria, lo que significa que, si hay antecedentes familiares de pie cavo, es posible que haya una mayor probabilidad de desarrollar la condición.
Además, las lesiones en el pie o el tobillo como son los esguinces graves o fracturas, pueden contribuir al desarrollo del pie cavo.
Los podólogos han añadido que condiciones neuromusculares como la parálisis cerebral, la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, la distrofia muscular y la espina bífida pueden afectar los nervios y músculos del pie, generando el desarrollo del pie cavo.
“El tratamiento podológico para el pie cavo puede ir desde la realización de plantillas a medida que proporcionen soporte al arco del pie y así redistribuyan el peso del cuerpo, utilización de un calzado específico que confiera soporte a la bóveda plantar y, en casos extremos, cirugía para corregir la alineación del pie”, ha comentado Jorge Escoto.
Además, desde el ICOPCV se ha señalado que en muchas ocasiones también es necesario utilizar ortesis personalizadas para los dedos en garra cuya finalidad es prevenir, contener y aliviar la presión en áreas problemáticas.
“El mejor tratamiento para un pie cavo es un diagnóstico temprano. Esto nos ayudará a aplicar lo más pronto posible las medidas necesarias y así evitar complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida de quiénes padecen esta condición”, ha concluido el podólogo Jorge Escoto.
Desde el ICOPCV se ha recordado que, para garantizar que estamos en manos de un profesional de la Podología, disciplina sanitaria que todavía NO forma parte de la cartera de servicios del Sistema Público de Salud de Generalitat Valenciana, y evitar ser víctimas del intrusismo, es decir, ser tratados por supuestos profesionales que carecen de la formación universitaria que se exige para el desarrollo de esta rama sanitaria, hay que asegurarse que la clínica donde vamos a ser tratados dispone de número de registro sanitario y el podólogo está colegiado.