Probablemente, has estado más de una vez en Benicàssim, ¿pero te has parado a contemplar la majestuosidad de sus villas? Sin duda, conoces Morella, pero ¿te has acercado a conocer el misterio de la Balma de Sorita? ¿Has podido enamorarte del encanto modernista de la Font d’en Segures, en Benassal, o de la historia escondida en las trincheras de Villamalur?
Castellón es una provincia repleta de tesoros ocultos, más allá de las extraordinarias playas y los folletos turísticos. En la semana en que se celebra la principal feria de turismo de España, Fitur, te presentamos diez de ellos. ¡No dejes de visitarlos!
Las Villas de Benicàssim
Conocidas como el ‘Biarritz valenciano’, estas majestuosas residencias de finales del siglo XIX y principios del XX se alinean a lo largo del paseo marítimo Pilar Coloma. Divididas en zonas como el ‘Infierno’ y la ‘Corte Celestial’, reflejan la opulencia y el estilo de vida de la burguesía de la época. Actualmente hay 51 villas, algunas habitadas, otras convertidas en restaurantes. Villa Elisa, una de las más conocidas, es propiedad municipal y ha sido recientemente reformada.
Santuario de la Virgen de la Balma en Sorita
Este santuario, encajado en la roca, es un ejemplo singular de arquitectura religiosa y ofrece vistas panorámicas del entorno natural, sobre el río Bergantes, en la montañosa comarca de Els Ports. El santuario, que data del siglo XVII, está completamente enclavado en la roca, en un abrigo natural. A su belleza arquitectónica y natural suma un halo de leyendas que lo llevaron a ser conocido como punto de peregrinación de endemoniados, que buscaban en la Balma el exorcismo del maligno.
Parque Cultural de la Valltorta-Gasulla
Este parque alberga más de 90 conjuntos de arte rupestre, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las visitas guiadas permiten explorar cuevas como la Cova dels Cavalls y la Cova Remígia, donde se aprecian pinturas prehistóricas de gran valor histórico. El parque se extiende sobre 82 kilómetros cuadrados entre los términos de Albocàsser, Ares, Benassal, Catí, les Coves de Vinromà, Morella, Vilar de Canes y Tírig, donde se encuentra el museo y centro de interpretación. El Arquero de la Valltorta es una de sus piezas más célebres y valoradas.
Cartuja de Vall de Crist en Altura
Fundada en el siglo XIV, esta cartuja fue uno de los monasterios más influyentes de la Corona de Aragón. Aunque en ruinas, su visita permite imaginar la grandiosidad de su pasado y su relevancia histórica. Situada en el término de Altura, fue durante siglos uno de los centros eclesiásticos más importantes de la Comunidad Valenciana. Hoy está declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.
El Jardín de Peter en la Pobla de Benifassà
Un espacio mágico creado por el hombre, donde la naturaleza y el arte se fusionan en el incomparable marco de la Tinença de Benifassà, al norte de la provincia de Castellón. El alemán Peter Buch, llegó a la Pobla de Benifassà en 1986, encandilado por la belleza y la serenidad del paraje. Y allí empezó a crear, en 1991, un museo al aire libre de esculturas y elementos singulares que convierten este jardín en un lugar único. Para visitarlo, hay que reservar con antelación.
Font d’en Segures en Benassal
El agua de Benassal brota del manantial de la Font d’en Segures y está considerada como una de las mejores aguas del mundo. Esta excelencia convirtió el enclave en un lugar de referencia para el turismo de salud en el siglo XVIII, punto de encuentro de la burguesía valenciana de la época, que acudía al paraje del Maestrat castellonense a ‘tomar las aguas’. Hoy, visitar la Font d’en Segures es un viaje a un tiempo, que parece detenerse en las fachadas modernistas de edificios o en la imponente cúpula de piedra de la font dels Xorros.
Trincheras de Villamalur
Parte de la línea XYZ, la mayor línea defensiva de la Guerra Civil española, las trincheras de Villamalur están consideradas una de las mejor conservadas y, sin duda, una de las más bellas por su emplazamiento en pleno parque natural de la Serra d’Espadà, Para visitarlas, hay que adentrarse en el parque, en una ruta circular a través de un paisaje excepcional que nos llevará desde los parapetos del castillo de Villamalur hasta la línea del Cabezo y Cerro Malo.
Castillo de Maús en Suera
No abandonamos la Serra d’Espadà para visitar otro de sus enclaves privilegiados: el castillo de Maús, en Suera. Aunque en estado de ruina, sus restos ofrecen una panorámica impresionante y configuran una de las siluetas más representativas del entorno. Datado en el siglo XII, el castillo de origen musulmán se recorta en la cúspide del cerro Suera Alta, a una altura de 582 metros.
Parque Minero del Maestrat
Mina Victoria y mina Esperanza, entre los términos de Culla y la Torre d’en Besora, conservan uno de los secretos mejor guardados del Maestrazgo castellonense: la industria minera. La visita guiada permite adentrarse en las antiguas galerías, conocer las herramientas y el funcionamiento de la mina y, sobre todo, entender cómo trabajaban y vivían los mineros de la zona. Un legado histórico y cultural de gran valor para visitar en familia.
Santuario de la Mare de Déu de la Salut en Traiguera
El Real Santuario de la Traiguera, único con la categoría de Real en la provincia, fue declarado Bien de Interés Cultural en 2007. Su origen data del siglo XIV y es un el principal vestigio del paso de la orden de Montesa y los Hospitalarios en la zona. El conjunto arquitectónico incluye un templo gótico, un pórtico renacentista de 1588, la fuente y el pozo del Milagro, una cocina medieval, la hospedería y restos de un palacio inacabado.
Diez lugares que esconden múltiples historias y encantos por descubrir, alejados de las rutas más concurridas de una provincia rica en paisajes y patrimonio. ¿Por cuál empiezas?