Alcora, Viernes Santo – El corazón de la provincia de Castellón volvió a latir con fuerza al mediodía del Viernes Santo con la emblemática Rompida de la Hora de l’Alcora, un acto cargado de emoción, simbolismo y compromiso. Este año, más de 1.000 tambores y bombos procedentes de toda la provincia y de diversas comunidades autónomas se unieron en un estruendo colectivo a las 12 del medio día, como es tradición, simboliza el dolor por la crucifixión de Jesucristo.

El momento más esperado llegó con el Toque de Honor, que en esta edición protagonizó el gran Pep Gimeno “Botifarra”, referente indiscutible de la música popular valenciana. Su presencia no fue casual, sino un homenaje directo al pueblo valenciano, especialmente a las familias afectadas por la dramática DANA que azotó recientemente la Comunidad Valenciana. Su toque, sentido y cargado de simbolismo, dio paso al estallido unánime de miles de instrumentos, en un acto que unió a generaciones, territorios y corazones bajo un mismo latido.
Este año, más que nunca, la Rompida de la Hora fue mucho más que una tradición: se convirtió en un acto de solidaridad, de memoria y de esperanza. Un homenaje sonoro que retumbó más allá de las montañas de l’Alcalatén para recordar que, incluso en medio del estruendo, hay espacio para la empatía, la unidad y la resiliencia.