La cerámica española, concentrada principalmente en la provincia de Castellón, cerró el año con una leve caída de la facturación pero un ligero incremento de las ventas. La de cal y la de arena en el balance provisional que ha presentado la patronal cerámica, Ascer, con motivo de la reciente feria internacional Cevisama.
Los datos del ejercicio revelan que el sector cerró 2024 con una facturación de 4.818 millones de euros; cifra que supone una ligera caída del -0,9% respecto al año anterior. El 72% de las ventas han sido destinadas a mercados internacionales, con presencia en 186 países. A pesar del descenso de las exportaciones en un -2,4%, España mantiene su liderazgo en exportación cerámica en la Unión Europea en volumen. Los Estados Unidos continúan siendo lo principal mercado exterior, con ventas por valor de 470,2 millones de euros, un 13,5% del total exportado.
En el mercado nacional, las ventas han mostrado un mejor comportamiento, con 1.340 millones de euros, un 3,1% más que en 2023. En cuanto a la producción, 2024 se ha cerrado con un incremento de 1,2% y 399 millones de metros cuadrados producidos. El empleo también mejora con 15.790 empleos directos a nivel nacional, lo que supone un aumento del 5,7% respecto a 2023.
En cuanto a los costes energéticos, el Informe de producción, consumo energético, emisiones de CO2 y factura presentado en 2024 detectó un alivio significativo de la factura energética del sector: 1.031 millones de euros en 2023, lo que supuso un descenso del -38,7% respecto a 2022, cuando el coste de la energía para la cerámica tocó techo, con 1.682 millones. Aun así, la factura energética siguió siendo en el último ejercicio analizado más del doble de lo que se pagaba antes del COVID y supuso el 21% de la facturación.