Belén de Marcos
Más de 1148 kilómetros a pie para cumplir una promesa. “Me prometí que si llegaba a la prejubilación con una salud razonable iba a hacer el camino desde mi pueblo, Toga, y se lo iba a dedicar a mis padres, ambos fallecidos”, narra José Manuel Puerto, de 59 años, también conocido como Perico o ‘el tigre de Toga’. Tras una lesión a la altura de Zaragoza que le obligó a interrumpir la ruta, completó las 42 etapas desde el pueblo del Alto Mijares el 24 de octubre. A veces acompañado, a veces solo, pero documentándolo diariamente en su Facebook “de minino cachorro”. “Actualizaba cada noche cómo iba mi aventura para tener informada a la gente que me quiere y se preocupa por mí. Ellos han dado alas a mi mochila”, explica Perico.
- ¿Cómo preparaste el camino? ¿Fue complicado trazar las etapas?
Al salir de Toga quería conectar con la GR-7 que es la que va que va por toda Europa. Me ayudó un libro que se llama “De la plana a Santiago : diario de un peregrino solitario” de Mario Calvo Jiménez . Hice la primera etapa hasta Lucena y la segunda en Vistabella, y ya cogí el camino en Benasal. Luego conecté con el camino del Bajo Aragón hasta cerca de Zaragoza, donde cogí el camino del Ebro. De ahí ya estaba todo más claro. Lo que tuve que planificar muy bien son los alojamientos y el avituallamiento hasta Zaragoza porque en esas zonas no hay mucha oferta. De hecho, en Morella me dejaron una casa y en Vistabella me alojé en un hotel de un pariente.
- ¿Has hecho sendas de este tipo antes?
He hecho mucha montaña y muchas sendas en los cinco continentes. He caminado en Nueva Zelanda, en Nepal, en África… y por eso he podido adaptar las etapas a cómo estaba de forma. Caminar es una forma más pausada, puedes conocer otras culturas y gente en general más humilde y generosa. Sobre todo en nuestro país. Las sendas son patrimonio de los pueblos y yo siempre animo a recorrerlas. En particular, en mi comarca de Espadán-Mijares tenemos la ruta GR-333 que tiene mucho que ofrecer y que pude recorrer completa en el pasado puente de San Juan .
- ¿Y algún otro camino de Santiago , acompañado o solo?
En 1998 hice el camino desde Francia con un amigo. En el año 2000 lo hice desde León con ese amigo y su pareja. Y luego he hecho también tramos del camino aragonés, del olvidado y del Lebaniego. Todos los he hecho acompañado. Mi determinación esta vez era hacerlo solo. Como un viaje de introspección para reflexionar sobre mi edad, vida actual y futuro. Pero se me unió gente a acompañarme en algunas etapas y lo agradecí.
- ¿Qué pasó en Zaragoza? ¿Cómo lo afrontaste?
Tenía planeado que, al llegar a las capitales, iba a quedarme un día a lavar la ropa y descansar. Pero al salir de Zaragoza pegué un resbalón en el sitio más tonto posible y me hice un esguince con afectación al tendón que me obligó a volver a casa. Podría haberme desmoronado, pero solo me salía hacer bromas incluso en el hospital. Si mi camino era pegarme la leche, era pegarme la leche. El camino es como la vida, te caes seguro, pero lo importante es cómo asumes la caída y como te levantas.
- ¿Cuándo reemprendiste la marcha? ¿Cómo fue llegar a Santiago ?
Emprendí la marcha treinta y un días más tarde del esguince desde el punto donde me caí en Zaragoza. Llegué a la catedral de Santiago el 24 de octubre de 2024 a las nueve y diez tras 42 etapas. Ese día solo caminamos cuatro kilómetros desde Monte do Gozo al amanecer. Nos abrazamos. Me sentí muy agradecido por la gente que me acompañó tanto presentes como a través de mis crónicas de Facebook y me emocioné al recordar a mis padres.
- Y en términos personales, ¿qué te ha marcado de esta experiencia?
Conocer a diferentes personas y sus motivaciones, tanto de peregrinos como de los voluntarios que están en los albergues. Estuve con un chaval que se había quedado viudo hacía poco y había planeado hacer el camino con su mujer, pero ahora lo estaba haciendo solo. Luego, un canadiense que venía aquí porque en Canadá no hay rutas tan largas porque casi todos los territorios son privados. Te encuentras con gente, cenas con ellos y compartes puntos de vista. Eso es lo mejor.

