La Conselleria de Sanidad y el Ministerio de Salud han declarado una alerta sanitaria para las áreas más impactadas por las recientes inundaciones. Los hospitales, en particular los ubicados en las zonas afectadas, se están preparando para un posible aumento de enfermedades dérmicas, respiratorias, gastrointestinales y de transmisión vectorial, debido a las condiciones adversas resultantes de la catástrofe.
El Hospital La Fe, centro de referencia clave, ha implementado un protocolo de atención inicial para pacientes con infecciones agudas en situaciones de inundación, que clasifica las enfermedades en cuatro categorías: infecciones cutáneas, respiratorias, gastrointestinales y aquellas transmitidas por insectos. Según las autoridades, la disponibilidad de camas y recursos médicos está asegurada, y el personal sanitario ha recibido capacitación para responder de acuerdo con este protocolo en caso de presentarse algún caso sospechoso.
Las autoridades sanitarias, lideradas por el conseller de Sanidad, Marciano Gómez , han constituido un equipo de respuesta rápida que se reunió en varias ocasiones ayer para evaluar la situación en colaboración con expertos en salud pública. Gómez destacó en su última declaración que en este momento, los principales focos de atención son las enfermedades gastrointestinales y las infecciones dérmicas. Estos riesgos emergen fundamentalmente a causa del contacto prolongado con agua estancada y contaminada, así como por las lesiones y abrasiones que pueden sufrir los trabajadores y voluntarios implicados en las labores de limpieza.
«La higiene de las heridas es fundamental. Cualquier corte, en especial las abrasiones o heridas punzantes, debe recibir tratamiento inmediato o ser supervisado por personal sanitario para prevenir infecciones graves», afirmó Gómez . Además, subrayó la relevancia de que los ciudadanos acudan a los puntos de atención, donde se evaluará la necesidad de recibir dosis de vacunas, como la del tétanos, cuyo suministro está garantizado.
Las autoridades insisten en que la situación es “dinámica y cambiante”. Aunque el president Carlos Mazón aseguró el miércoles pasado que «no había tanto riesgo de insalubridad» gracias a la rápida circulación del agua, Gómez defendió que la situación sanitaria está en continua revisión y que, en la actualidad, existe preocupación por la reapertura de los 57 centros de salud afectados, de los cuales 10 aún permanecen cerrados.
Desde el departamento de Sanidad se han emitido una serie de recomendaciones para la población, orientadas a prevenir contagios y minimizar riesgos. Entre las medidas sugeridas se encuentra el uso de mascarillas (se han distribuido 800.000 unidades en las áreas afectadas), así como el uso de ropa de protección que incluya mangas y perneras largas, protección ocular y calzado adecuado.
En los hospitales de Valencia, el equipo de respuesta inmediata está monitorizando la evolución de los casos con el apoyo de técnicos especializados y personal experimentado en crisis sanitarias. El Hospital La Fe y otros centros están en alerta para proporcionar atención ágil y eficaz a cualquier paciente que presente síntomas relacionados con el desastre. Aunque en este momento las infecciones por vectores, como mosquitos, no representan una preocupación significativa, las autoridades sanitarias continúan con una vigilancia activa.
Sanidad hace hincapié en que la población debe seguir rigurosamente las recomendaciones emitidas y adoptar todas las precauciones necesarias.