Recientes análisis realizados sobre las tórtolas encontradas sin vida en el jardín Josep Calduch de Vila -real han sorprendido a investigadores y técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente, al descartar la enfermedad de Newcastle y la gripe aviar. Este hallazgo ha generado desconcierto entre las autoridades, ya que se esperaba confirmar la presencia del virus de Newcastle, conocido por su alta contagiosidad en avifauna, e identificada en análisis preliminares.
El descubrimiento de aproximadamente quince tórtolas fallecidas la semana pasada en este jardín ha sido el objeto central de la investigación. Aunque la Conselleria había centrado su atención en este parque, que alberga el único foco documentado hasta el momento en la provincia, se han recolectado recientemente más aves muertas, lo que agrava la incertidumbre sobre las causas de estos decesos.
Inicialmente, se consideró que el brote podría ser atribuible a la enfermedad de Newcastle; sin embargo, los resultados más recientes han llevado a los expertos a explorar otras explicaciones potenciales. Una de las hipótesis evaluadas incluía el envenenamiento. Aunque este escenario rápidamente dejó de tenerse en consideración, sin descartarse completamente hasta que finalicen las investigaciones.
Los hallazgos que se manifiestan principalmente en el jardín Josep Calduch, ha tenido también repercusiones en otros espacios verdes de la ciudad en semanas anteriores. Se han reportado casos en los parques de Sant Ferran , en las inmediaciones del centro de salud Carinyena y en la zona ajardinada adyacente al pabellón Sebastián Mora , al norte del núcleo urbano de Vila -real. Esto sugiere que el problema podría ser más generalizado de lo que se había supuesto inicialmente.
El Ayuntamiento de Vila -real ha enfatizado la relevancia de seguir los protocolos establecidos ante nuevos casos. Se solicita a la ciudadanía que informe de manera inmediata a la Policía Local si detectan tórtolas u otras aves fallecidas, para que las autoridades puedan proceder a la recuperación de los especímenes y enviarlos al departamento de Sanidad Animal para su análisis.
Mientras continúan las investigaciones, la Conselleria de Medio Ambiente está reevaluando sus estrategias para abordar la situación, dada la carencia de un diagnóstico claro.
Imagen: Jardí Josep Calduch – archivo
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