El avance del combustible sintético en la industria automotriz
En el ámbito automotriz, el combustible sintético emerge como una alternativa prometedora para reducir las emisiones de carbono sin renunciar a los motores de combustión interna actuales. Esta tecnología ha captado la atención de fabricantes de vehículos en medio de la transición hacia una movilidad más sostenible.
El combustible sintético, producido a partir de la captura de CO2 del aire y su combinación con hidrógeno proveniente de fuentes renovables, se presenta como una opción innovadora. Diferente a los combustibles fósiles, su proceso de producción puede ser neutro en carbono si se emplea energía renovable.
En definitiva son hidrocarburos generados a partir de dióxido de carbono capturado y de hidrógeno renovable. Este procedimiento permite neutralizar las emisiones de carbono, proporcionando una solución sostenible sin necesidad de realizar modificaciones en los motores actuales. Según Repsol, los e-fuels presentan composición química similar a la de los combustibles fósiles, lo que posibilita su uso en los vehículos de combustión tradicionales.
Un informe reciente destaca que Porsche y Siemens Energy han liderado el desarrollo de esta tecnología, con base en la primera planta comercial en Chile. Esta planta tendría la capacidad de producir 130.000 litros de combustible sintético al año, con planes de aumentar esta cifra a varios millones de litros para 2025.
La adopción del combustible sintético podría prolongar la vida útil de los motores de combustión interna, ofreciendo una alternativa de baja emisión de carbono. Varios fabricantes están invirtiendo en esta tecnología, viéndola como una oportunidad para cumplir con las normativas ambientales sin abandonar por completo las plataformas de motores tradicionales.
Por ejemplo, Volkswagen ha anunciado que está explorando el uso de combustibles sintéticos en sus modelos más recientes en la creencia de que tienen el potencial de desempeñar un papel crucial en la reducción de las emisiones de CO2 de los vehículos actuales y futuros.
Por otra parte el Parlamento Europeo ha trabajado en la inclusión de los combustibles sintéticos en su estrategia de reducción de emisiones para 2030. Esta propuesta podría ofrecer una alternativa a la prohibición total de motores de combustión interna que varios países europeos planean implementar a partir de 2035.
Sin embargo, la adopción generalizada de combustibles sintéticos enfrenta desafíos. Deben de estudiarse adecuadamente los costos de producción y la infraestructura para su distribución.
El desarrollo del combustible sintético ofrece una solución innovadora y respetuosa con el medio ambiente, pero su éxito dependerá del progreso tecnológico, el respaldo normativo y la aceptación del mercado. En cualquier caso, se presenta como una opción interesante que podría redefinir el futuro de los motores de combustión interna.
Una alternativa viable a los vehículos de combustión actuales
La prohibición de los vehículos de combustión en Europa a partir de 2035 ha suscitado dudas en torno al futuro de los automóviles de gasolina y diésel actualmente en circulación. Con la introducción de los combustibles sintéticos (e-fuels) como opción alternativa, surge el interrogante sobre la posibilidad de adaptar esta nueva tecnología a los vehículos existentes que ya circulan por nuestras carreteras.
La principal ventaja de los combustibles sintéticos radica en su capacidad para extender la vida útil de los vehículos con motores de combustión interna existentes, sin requerir ajustes técnicos. Esto brinda a los conductores la tranquilidad de seguir utilizando sus automóviles más allá de 2035. Repsol está liderando este avance en España con la puesta en marcha de una planta piloto en Bilbao.
Pruebas futuras determinarán las posibles variaciones en consumo y rendimiento en comparación con los combustibles fósiles, si bien los expertos pronostican que serán mínimas.
La aceptación de los e-fuels por parte de la Unión Europea y su incorporación en la estrategia de reducción de emisiones podrían revolucionar el sector automotriz, ofreciendo una alternativa sostenible al tiempo que se continúa explorando la movilidad eléctrica y del hidrógeno.
La Unión Europea anunció que permitirá la venta de vehículos con motores de combustión interna más allá de 2035, siempre y cuando utilicen exclusivamente combustibles sintéticos climáticamente neutros. Esta medida establece condiciones muy estrictas para asegurar el cumplimiento ambiental.
El borrador de la propuesta europea estipula que los vehículos deberán demostrar que operan sin emisiones de carbono netas para ser comercializados después de 2035. Esto implica un riguroso control y certificación del uso exclusivo de e-fuels.
Algunos fabricantes de automóviles ven una oportunidad en esta normativa, confiando en la capacidad de los e-fuels para cumplir con las estrictas exigencias, otros son más escépticos, fundamentalmente respeto a los ya comentados costes de producción. El tiempo, como en casi todo, marcará y definirá el futuro de todas estas opciones y tecnologías.
Imagen de portada: Engin Akyurt