La Policía Local de Peñíscola detuvo en el día de ayer a un hombre de 66 años que, tras tener un accidente provocando numerosos daños materiales, se dio a la fuga.
En el control de alcoholemia el resultado triplicaba el máximo permitido, pasando a disposición judicial. Se le acusa de un delito contra la seguridad vial.
Unos 1.000 conductores se dan a la fuga cada año en España tras haber provocado un accidente o haberse vuelto implicados en ellos, lo que supone un 0,6% de los accidentes anuales. Las consecuencias son múltiples y variadas, sobre todo en al caso de heridos, en cuyo caso las penas pueden cambiar bastante.
Si el conductor solo ha causado daños materiales todo se quedaría en una multa administrativa de unos 200 euros. En el caso de que la huida lleve implícita la omisión del deber de socorro a algún herido, tal como indica el artículo 195 del Código Penal, al conductor se le podría imputar directamente por ese delito, lo que ya podría conllevar penas de cárcel. Si a cualquiera de los casos antes citados se suma un control de alcoholemia positivo, para lo cual habría que haber conseguido localizar al fugado de manera inmediata, las penas se pueden incrementar al asumirse explícitamente un delito contra la seguridad vial.


Fotos: Policía Local de Peñíscola