La segunda ciudad que os propongo de entre las principales de Europa, como no podía ser de otra forma, es Londres. Londres, un viaje cómodo por la poca duración del vuelo. Y con cuatro días podéis conectar con esta elegante ciudad. Desde mayo a octubre es una excelente época porque el clima, aunque impredecible, puede resultar menos frío y poco caluroso. Tampoco debe preocuparos el hecho de no hablar inglés pues, siendo su idioma, en esta ciudad tan cosmopolita e interracial, hay mucho hispano parlante, tanto en comercios como en cafeterías y, por supuesto, en hoteles.
Rosa Rochera
Viaje y alojamiento
• El viaje. El avión os llevará al aeropuerto de Heathrow o al de Gatwick. Desde el primero, el metro te conecta con el centro de Londres. Desde el segundo, el tren llega hasta Victoria Station, desde donde podrás dirigirte a la zona donde esté tu hotel, ya sea en metro, taxi o andando.
• El hotel. Es muy personal su elección por las circunstancias o necesidades de cada uno (no es lo mismo ser un joven de 20, que un joven de 60). Yo, en mi juventud, igual dormía en un albergue de juventud ¡y dormía! Pero reconozco que ahora necesito una buena cama y una buena
ducha. Sin embargo, si el hotel es caro, no suelo desayunar en ellos. No me compensa el precio añadido, pudiendo hacerlo en una cafetería por un precio más razonable. En cualquier caso, los portales de internet te ofrecen una amplia oferta a elegir. Uno de mis preferidos en los últimos años es el Sheraton Pak Lane. Su ubicación, en la calle Picadilly, es perfecta. Enfrente del hotel se encuentra el bonito Green Park y de forma casi equidistante, tienes a la derecha, saliendo del hotel, Buckingham Palace y más adelante los almacenes Harrods. Y si nos encaminamos hacia la izquierda, sin bajar de su acera (pavement), pasarás por la zona Myfair, accediendo a ella por unas grandes porticadas, y donde podrás degustar un excelente café con leche y croissant o, un tea (momento muy inglés).
Saliendo de nuevo a Picadilly Street, más adelante encontrarás las galerías de la Burlington Arcade, con ropa, zapatos y joyas muy inglesas. Y ya estás al lado de Picadilly Circus, punto de encuentro londinense e intersección de calles que nos comunican de inmediato con teatros, restaurantes, cafeterías y con la Regent Street, una de las más comerciales de Londres.
Hace años me alojé un par de veces en el hotel President, en Russel Square. No está nada mal (podéis verlo en internet) y es más económico.
El 5* ME London de Meliá, el último en que me alojé, al lado del Covent Garden, lo encontré caro y sofisticado.
• Comer. Particularmente no me gusta la comida inglesa, desde su desayuno a su comida en general. Sólo el famoso “five o’clock tea”. Los buenos restaurantes son caros, así que yo suelo recurrir a los italianos. Pero siendo una ciudad tan cosmopolita, no vas a tener problemas.
Lo que hay que ver y no perdérselo:
• El Parlamento Británico con su torre – reloj, el Big Ben. A sus espaldas, la abadía de Westmister y, en un agradable paseo a través del Parque Sant James, llegar hasta el Buckingham Palace.
• La City y su zona financiera (entre las 17 y las 18 horas, sus ejecutivos beben su cerveza en sus elitistas Pubs). En el camino encontrarás la Catedral de San Paul. También puedes añadir a este itinerario Santa Katharine Docks, un antiguo puertecito del Támesis donde, huyendo del bullicio de la ciudad, se refugian los londinenses.
• El Tower Bridge, puente con una estructura colgante, que cruza el río Támesis, y que se encuentra junto a la Torre de Londres, donde fueron ejecutados personajes como Tomás Moro o Ana Bolena. Actualmente podéis contemplar las joyas de la corona, un aliciente más a este magnífico edificio, cuya historia de terror y misterio que le rodean lo hacen realmente interesante.
• Trafalgar Square, allí está la National Galery y la famosa Iglesia Saint Martin in the Fields.
• El Covent Garden. Intenta cenar allí en uno de sus restaurantes, tienes su mercadillo, representaciones musicales callejeras y la misma Opera House. Entrar a ver una ópera es más difícil. Sus representaciones son perfectas. El interesante British Museum no queda lejos (un paseo de diez
minutos).
• Relájate en teatros con algún espectáculo musical y paseando por sus bonitos parques, Hyde Park, Regent’s Park y el ya mencionado San James Park.
Ahh! Y no olvidéis el chubasquero, por si acaso…, y una chaqueta, aunque sea verano. El Atlántico no es el Mediterráneo. Y a disfrutar.
¡Have a nice trip!