En estos tiempos de guerra, en pleno siglo XXI, sabemos que la guerra no solo se libra en el campo militar, también en lo económico, informativo y en los medios comunicación, no solo manipulado la información, también bloqueando, cerrando y hasta llegando a su destrucción.
Es por eso que en amplías regiones de Ucrania, ya no hay internet (ni redes sociales), ni TV, ni ningún medio de comunicación, ni siquiera teléfono fijo ( los teléfonos móviles son los primeros en caer, al depender de una red muy vulnerable al bloque electrónico)., Y los bombardeos sobre las ciudades destruyen infraestructuras o las bloquean (solo mencionar que ya se usan bombas electromagnéticas que se dejan caer a gran altura sobre ciudades o regiones que genera un pulsó electromagnético tan potente que neutraliza todos los componentes electrónicos y no funciona nada, parece ciencia ficción pero ya es un arma real, probada y utilizada, pero esto merece otro artículo). Y es aquí donde como en otras guerras, la única transmisión que no puede ser bloqueada es la onda corta de radio. Y salen de las estanterías de los coleccionistas ucranianos o de los trasteros , las viejas radio AM/FM con o sin ‘pasacasettes’, de las más antiguas a lámpara, o como las más modernas con reproductor de CD.
Estos aparatos condenados al olvido en este siglo XXI tecnológico y digital, estás antigüedades analógicas del pasado siglo XX, vuelven otra vez a los centros de la mesa, a la luz de una vela para comunicar a los pueblos más oprimidos por la guerra.
Sabemos que RTVE Internacional ya está transmitiendo en sus frecuencias programas en ucraniano y ruso, así como también la BBC y tantas otras.
Nuestra vulnerabilidad digital, solo nos deja una salida analógica y esto nos retrotrae a las imágenes de la Segunda Guerra Mundial o tantas otras, dónde no solo se utilizó para dar noticias y animo a la población, también se utilizó para alentar o desalentar a la tropa, o para pasar mensajes cifrados al mejor estilo de películas de espías.
Pero lo cierto es que hoy ya se están trasmitiendo mensajes de ánimo, apoyo y solidaridad al pueblo ucraniano para que sus viejas radios vuelvan a la vida y transmitir un poco esperanza y ánimo a un pueblo ucraniano que se merece ser libre e independiente.
Guillermo Verde Gutiérrez