El 23 de septiembre de 2021, la alcaldesa de Benicàssim, nos ha deleitado, en 90 palabras publicadas en la prensa provincial, con sus ideas sobre la revolución fiscal municipal que pretende implantar en los presupuestos de 2022.
La Sra. Marqués pretende llevar a cabo su revolución fiscal a través de los presupuestos para 2022 y el objeto de esa revolución es atender a las familias benicenses en lo social y en lo económico, impulsando cuántas acciones sean necesarias. Palabras vacías de contenido, ya que la Sra Marqués es incapaz de enumerar una sola de las acciones que piensa impulsar en el ámbito municipal, en materia a la seguridad, salud o servicios ¿cuáles?
Sra. Marqués, veo que no está facultada para dar a conocer las acciones concretas que piensa aplicar en Benicàssim; por tanto, ¿cómo va a elaborar unos presupuestos sin saber lo que va a hacer? Más aún, ¿cómo pueden ser unos presupuestos revolucionarios, en cuanto a la fiscalidad, si no sabemos lo que entiende Ud. por revolución fiscal?
Con un punto y aparte, deja a las familias huérfanas de acciones y se pasa a su plan Reactiva Benicàssim de subvenciones a hoteleros, hosteleros, pequeños comercios y autónomos para pagar alquileres y facturas del mantenimiento de sus locales (energía eléctrica, agua, gas, …), con el fin de evitar el cierre de negocios. Estas ayudas no figuran en los presupuestos de 2020 y 2021, las ha sacado de los remanentes, es decir, de lo presupuestado que no ha llegado a gastarse. Lo que ha destinado en 2020 y 2021 han sido del orden de 3.000.000€ (¿Dónde está publicada la cantidad exacta de las subvenciones otorgadas y a quienes se les ha otorgado una subvención? ¿En el portal de transparencia del Ayuntamiento?)
Cuando se llevan leídas unas 60 palabras de su pensamiento político, nos dice que ha aplicado bonificaciones sobre los impuestos. Aquí Ud. no dice toda la verdad sobre la bajada del IBI, fue la oposición la que le obligó, en el Pleno del mes de noviembre de 2020, a bajar el IBI, ya que el PP Benicàssim y Ciudadanos se opusieron, con su voto en contra, a bajar el índice que regula el IBI para el año 2021.
Por último, en su artículo de opinión nos dice que han dejado a un lado las competencias para atender las necesidades de los vecinos. Una vez más, se descuelga con palabras vacías. Es Ud incapaz de enumerar las competencias que ha dejado de desarrollar en tiempos de pandemia y cuantificar las necesidades que ha tenido que atender en este intervalo de tiempo.
A mi modo de ver, bajar o subir, impuestos no es revolucionario, sino no viene acompañado de otras cosas. Además, el termino revolución significa cambio brusco, es decir, ¿piensa rediseñar los elementos subjetivos de cada uno de los impuestos existentes o bien cambiarlos diametralmente? La revolución fiscal, que yo entiendo, se basa en cambiar y simplificar los impuestos y no sólo bajarlos. Por otra parte, supongo que Ud. tendrá presente, en todo momento, el precepto de ser justos a la hora de recaudar y sólo exigir lo estrictamente necesario y no más. El primer paso que yo daría en una revolución fiscal sería no engrosar presupuestos que no garanticen incrementos de bienestar social a los benicenses y rechazaría aquellas partidas que solo vinieran a hipotecar su consolidación; en segundo lugar, reducir gatos ineficientes y controlar la eficacia de las partidas de gasto en subvenciones y mamandurrias.
En definitiva, después de leer sus soflamas y comentarlas entre los afiliados de España Suma Benicàssim, le decimos que Ud solo sabe vender humo, ya que detrás de los términos lingüísticos revolución fiscal, que Ud ha pretendido vendernos, NO HAY NADA.
Pepe Aymerich Miralles (vecino de Benicàssim y afiliado a España Suma)