El equipo de gobierno decide cancelar el evento cultural más importante del año
La organización del festival comenta que han rehecho la programación hasta cinco veces adaptándose a cada cambio en la normativa de sanidad y que, después de tanto trabajo por parte de todo el equipo y la adaptación de las compañías profesionales que formaban la programación, merecía la pena llevar a cabo el festival porque la cultura es un bien de primera necesidad que además no suele llegar fácilmente a las zonas rurales como la Sierra Espadán.
Su directora, la actriz y bailarina Pepa Cases nos cuenta que «el sector está muy decepcionado con los ayuntamientos que no se atreven a luchar por llevar a cabo sus proyectos culturales, la cultura está agonizando y se ha generado un pánico innecesario. Hay personas que no tienen miedo a la COVID sino rencor por la cancelación de las fiestas y no entienden que la cultura es segura y las fiestas populares son incontrolables. Al final la cultura no morirá de coronavirus, morirá de hambre: miles de empresas seguimos pagando impuestos y no nos dejan trabajar, mientras los bares se llenan de gente sin mascarillas. Es indignante, triste y desesperanzador, la pandemia no nos ha hecho mejores personas, nos ha hecho ver la realidad y en este país la cultura, la educación y la salud no son la prioridad. Insultar y amenazar a políticos y artistas es extorsión, es ilegal y denunciable, pero tener que decir a 15 familias que no van a tener el trabajo con el que contaban es todavía más duro. Me consta que desde el ayuntamiento se ha deliberado mucho para llegar a esta decisión y es normal que tengan miedo tras estos ataques, pero cancelar un evento así a una semana por motivos ajenos a la salud me parece tremendamente serio. ¿Qué pasaría si todos los ayuntamientos decidieran suspender? ¿Se nos ha olvidado que ha sido la cultura quien nos ha salvado en el confinamiento?”.
También el Festival de Artes de Calle de La Vall d’Uixó se ha cancelado esta semana. Enfrentarse a una realidad distinta asusta, pero más asusta mirar al futuro y encontrarse un sector cultural tan derrotado.