El Villarreal afortunadamente logró salvarse en la final de las finales ante el Eibar, equipo que no se jugaba nada. Al finalizar el encuentro la afición quiso celebrar la permanencia con los jugadores pero el controlador de la megafonía de La Cerámica lo impidió al lanzar al estadio música que nada tenía que ver con el ambiente y que además impidió que la grada corease cánticos, pudiera aplaudir y unirse al equipo. Estas pequeñas cosas se deben tener en cuenta y más todavía cuando se ha fallado tanto en muchos aspectos esta temporada y la afición ha estado siempre al lado del equipo. Por otro lado, va siendo hora que se impulse, se ayude a la grada de animación… unos jóvenes sanos que sólo quieren animar a su equipo. Queda mucho por mejorar.